domingo, 12 de septiembre de 2010

La reforma laboral es radicalmente contraria a la apuesta por un cambio de modelo productivo

A nadie se le escapa que la reforma laboral impuesta por el Gobierno no sólo facilita los despidos y deteriora la Negociación Colectiva, sino que además, pone en cuestión todo el proyecto de cambio de modelo productivo que el Gobierno decía defender. Es más, la reforma laboral es radicalmente contraria y contradictoria con ese modelo de economía sostenible que decían impulsar.

Frente a quienes han extendido la idea de que la reforma laboral es la clave para salir de la crisis, desde MCA-UGT defendemos que las reformas deben ocuparse de otras cuestiones que propicien de verdad una recuperación económica y un cambio de modelo económico y productivo basado en la política industrial.


Por eso es necesario un cambio de modelo de crecimiento económico. Y aunque llevamos mucho tiempo reclamando este cambio, que entendemos fundamental para el progreso de nuestro país, no nos vamos a cansar de repetirlo. Necesitamos un modelo que apueste por un crecimiento estable y que sólo puede venir a través de un desarrollo industrial sostenido y una política industrial que, sin dejar de lado al resto de sectores como el de la construcción, sea resultado de una apuesta de Estado, con inversiones en industrias de sectores emergentes, de alto valor añadido y que conlleven innovación y avance tecnológico.
 
El problema de esta reforma laboral no es nuevo: es el viejo problema de quienes cuando hablan de reforma laboral están pensando únicamente en recortar los derechos de los trabajadores, es decir, en sacar tajada del río revuelto. Desde siempre están obsesionados por abaratar todavía más el coste del despido y se olvidan de cuestiones reales que lastran la productividad de nuestras empresas, como la insuficiente formación de nuestros trabajadores; la escasa capitalización de nuestras empresas; la deficiente modernización en los procesos productivos; la falta de una política de innovación y, en definitiva, la ausencia de una auténtica política industrial y el propio carácter precario de nuestro mercado de trabajo.

Porque es rotundamente falso que la reforma laboral vaya a crear empleo. No se crea empleo facilitando el despido; crear empleo y abaratar el despido son dos objetivos contrapuestos. Si a las empresas se les dan más faciidades para despedir a sus trabajadores, nadie puede ser tan ingenuo como para pensar que en momentos difíciles como los actuales vayan a optar por crear empleo, ni siquiera por conservar el que tienen: van a optar por despedir, van a optar por lo más fácil y barato.

Uno de los mayores errores de esta reforma laboral es el de creer que es posible desarrollar una economía sostenible, competitiva y de primera división con un modelo laboral cada vez más precario. Esto no se lo cree nadie.

Es más, cualquier análisis riguroso de la reforma, de los ajustes  y de sus consecuencias a corto y largo plazo conducen, invariablemente, a posicionarse en contra de ella, y por ello los sindicatos nos estamos movilizando contra la reforma laboral, desde la responsabilidad y la amplitud de miras, porque queremos un futuro mejor para todos.

Por ello, desde aquí os animo a movilizaros contra la reforma laboral y a secundar la huelga general convocada por las confederaciones de UGT y CCOO el 29 de Septiembre, coincidiendo con la jornada de movilización europea contra el desmantelamiento del Estado del Bienestar en Europa.

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